El significado espiritual de un crucifijo para un cristiano es un poderoso recordatorio del sacrificio y amor de Cristo, su victoria sobre el pecado y la muerte, y la redención que ofrece a la humanidad.
No tiene poderes mágicos en sí mismo, sino que canaliza la fe del creyente y sirve como un objeto para la oración, la sanación y el fortalecimiento de valores espirituales como el perdón.